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Dieta South beach

La Dieta South Beach (DSB) promete la pérdida de 4 a 6 Kg. en las primeras 2 semanas a través de una alimentación balanceada que incluye frutas, vegetales, granos, nueces y grasas saludables.


Esta dieta fue desarrollada por el reconocido cardiólogo Arthur Agatston, Director del Centro de Prevención cardiovascular del Mount Sinai Center, de Miami Beach, Florida. Su obra se ha convertido en un best-seller que parece superar a la conocida dieta Atkins en popularidad y resultados.La DSB conserva los mejores aspectos de la dieta Atkins (proteínas) y descarta la creencia de que todos los carbohidratos deben ser prohibidos, permitiendo alcanzar el máximo de salud. Agatston promueve una dieta balanceada que incluye ampliamente frutas, vegetales, granos, nueces y grasas saludables.Adicionalmente, la DSB ayuda a mejorar los niveles de colesterol y triglicéridos, reduciendo los niveles de colesterol malo y aumentando el colesterol bueno, así como mejorando los niveles de insulina, tan importantes en la salud cardiovascular.
La DSB está constituida por 3 fases:-
Fase I: Control de la ansiedad por comer irracionalmente
Durante esta fase se consumen cantidades normales de carne, pollo, pavo, pescados y mariscos así como cantidades abundantes de vegetales, huevos, quesos y nueces.Se permiten 3 comidas balanceadas diariamente y se puede merendar a media mañana o a media tarde, incluso se puede tomar una merienda después de cenar, además de agua, café o té si se desea. Durante los primeros 14 días no se podrá comer pan, pastas, papa, arroz, frutas, caramelos, postres, tortas, galletas o azúcares refinadas. Tampoco se permiten bebidas alcohólicas.-
Fase II: Introducción de carbohidratos beneficiosos
Después de las primeras 2 semanas se habrá perdido entre 4 y 6 kilos, especialmente de grasa abdominal, pero lo más importante es el cambio interno. La ansiedad disminuirá rítmicamente y la persona se sentirá mejor. Después de los 14 días se puede seguir perdiendo peso. Se podrá introducir pastas, arroz, pan, arepas, frutas y hasta chocolates. Una vez alcanzada la meta, se pasa a una fase más liberal del programa, la cual ayuda a mantener el peso alcanzado de por vida.-
Fase III: Alimentación correcta de por vida
Cuando se alcanza esta fase, más que una estrategia dietética, se trata de una forma de vida.Si ocurre algún aumento de peso en la fase III simplemente se regresa a la fase II o I por 14 díasA pesar de su sencillez la Dieta South Beach debe ser supervisada por un especialista. No es sano seguir ningún programa de alimentación que mantenga de por vida a una persona experimentando incomodidad y hambre.

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¡Estoy a dieta y no adelgazo

Ha acudido al médico o experto en nutrición, quien le ha calculado su peso ideal para su salud y prescrito un régimen diseñado para perder los kilos que le sobran. Sigue su plan para adelgazar al pie de la letra y pasan los días, pero la aguja de la báscula no le da ninguna alegría. ¿Qué es lo que va mal...?


¿Por qué fallan las dietas? En primer lugar porque no se hace correctamente. Es frecuente que se infravalore lo que comemos en un 40 por ciento, de modo que ante una dieta de 1000 calorías en realidad se está haciendo una de 1400 calorías. Por otro lado, el organismo se adapta a la perdida de peso con una disminución del consumo energético, lo que hace que se necesiten cada vez menos calorías para poder seguir perdiendo peso.


Esta es una de las constataciones de los expertos de la Sociedad Española de Hipertensión (
www.seh-lelha.org), quienes aseguran que “no existen milagros, ya que la clave de un buen régimen de adelgazamiento es que hay que comer de todo, eso sí, en pequeñas cantidades y quemar más a través del ejercicio físico”.

Los expertos de la SEH-LELHA aconsejan, sobre todo a las personas hipertensas, pero en recomendación válida para la mayoría de la gente, no perder más de un kilo a la semana, recordar que en los primeros días las perdidas son más rápidas debido a la perdida de líquidos o de proteínas. Además sugieren hacer ejercicio físico regularmente aunque sea simplemente andar media o una hora al día, para ayudar a la dieta para adelgazar.


El médico nutricionista Gregorio Mariscal Bueno, director de la clínica que lleva su nombre y apellido, en Madrid (España), enumera una serie de “consejos para comer mejor “, cuando se sigue un régimen para adelgazar, o bien para perder peso de forma natural, cambiando los hábitos de alimentación, sin pesar ni medir las cantidades de comida.
• Una buena masticaciónMastique muy bien y despacio , y levántese de la mesa sin apetito, pero siempre con el estómago ligero. Coma para que se le quite el hambre, pero nunca para hartarse. Si le es difícil moderar la velocidad al masticar, cuente el número de masticaciones y no trague los alimentos hasta que sean masticados 20 veces.
Recuerde que la digestión comienza en boca: una adecuada masticación es la base para una mejor asimilación de los alimentos, permitiendo que se alcance anticipadamente la sensación de saciedad.

• Menos tamaño, menos calorías También resulta útil el uso de cuchillos, tenedores, cucharas, vasos y platos pequeños, así como dejar los cubiertos en la mesa entre bocado y bocado.

• Busque la serenidadComa siempre en el mismo lugar, sentado y concéntrese en lo que come (olor, sabor, textura, sin asociar la comida a otras actividades, como la televisión, la lectura, el ordenador o la radio.

• La cocción más saludableLos alimentos pueden cocinarse ó condimentarse a gusto, si bien todo aquello que contenga salsas, aceites ó grasas habrá que escurrirlo bien. Para usar en crudo, aliños, salsas o mayonesa, utilice aceite acalórico ó aceite de parafina.
Para cocinar use aceites vegetales líquidos, preferiblemente de oliva virgen extra. Evite los aceites animales, como la nata, manteca o mantequilla, y los aceites vegetales sólidos, de cacao, palma ó palmiste.
• ¡Cuidado con la compra!Adquiera y conserve sólo los alimentos necesarios y manténgalos fuera de la vista, sobre todo aquellos que no tenga aconsejados. A la hora de cocinar, prepare sólo la cantidad de comida necesaria.

• Vigile el tamaño de las racionesSírvase en la cocina poca cantidad y use platos pequeños. Además, no lleve fuentes a la mesa y utilice cubiertos pequeños de postre. Deje algo siempre en el plato. Y al finalizar la comida, retire rápidamente las sobras en lugar de hacer tertulias con éstas delante.

• Coma primero los alimentos que más le gusten y tenga permitidosSi deja los alimentos que más le apetecen para el final se sentirá “obligado” a comerlo todo o a tener que dejar en el plato aquella comida que más le apetece.

• No picotee entre las comidasEn cambio, sí puede tomar bebidas permitidas, principalmente agua o equivalentes, al menos dos litros diarios. Haga entre 3 y 5 comidas al día, que no sean demasiado copiosas. Si tuviese mucho apetito entre horas, puede tomarse una ensalada con poco aceite ó un poco de zanahoria o apio.
• Aprenda a decir NOCuando le ofrezcan un alimento que tenga desaconsejado, no diga que está realizando una dieta; diga que ese plato no le gusta ó que le sienta mal ó que no le apetece tanta cantidad, así no le insistirán.

• Comience con buen pie Haga la dieta correctamente desde el principio. Si sigue todos los consejos, los resultados serán mejores, lo que contribuirá a aumentar la motivación.

• Mejore sus costumbres alimenticiasAdemás de seguir un tratamiento para perder peso, hay unos buenos hábitos alimentarios que deberá tener siempre presentes. La obesidad es una enfermedad crónica y hay que vigilarla siempre, por lo que una vez que se ha conseguido un peso adecuado, hay que seguir las instrucciones del medico o nutricionista, para mantenerlo. No abandone un tratamiento sin instrucciones para mantener el peso.

• Haga todos los días un poco de ejercicio físicoLa actividad física debe ser acorde a las condiciones, edad y posibilidades de cada persona. Si durante el tratamiento al hacer un esfuerzo ó ejercicio se encontrase con mareos ó decaimiento, tome un café solo con azúcar ó una bebida de cola normal ó unos caramelos de café.

Además, los expertos de SEH-LELHA sugieren intentar conocer la causa del aumento de peso, ya que existen patologías que también pueden causarlo y que su causa más frecuente son los malos hábitos dietéticos. Estos especialistas aconsejan seleccionar la dieta que más coincida con sus gustos personales, no fiarse de las dietas mágicas y elegir el momento oportuno para iniciar la dieta para sostenerla con un buen estado de animo.

Cuando se decida a ponerla en práctica no hay que saltársela por ningún motivo, y hay que motivarse continuamente: ¡recuerde que está a dieta porque quiere hacerlo y que es un acto voluntario!

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¿No píerdes kilos? ¡Tiene arreglo!

Controlar las porciones, sustituir algunos alimentos o cambiar los tiempos de las comidas son algunas claves para seguir bajando de peso cuando el régimen pierde eficacia debido a los cambios que se van produciendo en tu organismo a medida que adelgazas. ¡Si tu dieta pisa el freno, debes darle un empujoncito!


¿Aplicas las mismas tácticas con las que lograste perder los primeros kilos de más pero ahora no te sirven para descontar ni un gramo? ¿Mantienes una dieta baja en grasas y practicas una actividad física regular y aún así no logras seguir adelgazando? ¿Sigues al pie de la letra el régimen que te indicó el médico pero últimamente parece haber perdido su anterior eficacia?
¡No pierdas los nervios! Esa situación, que puede prolongarse semanas o incluso durar meses, es bastante habitual y suele afectar a un elevado porcentaje de quienes intentan bajar de peso siguiendo un programa equilibrado de dieta y gimnasia, para quemar más calorías de las que ingieren, evitando que se acumulen en el cuerpo en forma de tejido adiposo.


Tu régimen para adelgazar no ha dejado de ser bueno: ¡el que ha cambiado es tu organismo!, que ha vuelto a quemar menos calorías de las que recibe. Es hora de que cambies levemente tus estrategias para seguir bajando de peso, a buen ritmo.


MENOS CALORÍAS

El mecanismo es el siguiente: a medida que tu cuerpo se reduce requiere cada vez menos calorías para funcionar, de modo que la dieta y los ejercicios que te ayudaron a perder los primeros 5, 10 ó 20 kilos, ya no permiten quemar las suficientes calorías para seguir perdiendo peso al ritmo inicial.
Con el tiempo incluso puedes recuperar algo de peso si no cambias la relación entre las calorías ingeridas y las gastadas. Estas son algunas de las mejores tácticas dietéticas para superar la “desaceleración” de tu dieta:

1.- Aumenta el control de lo que ingieres. Ármate de paciencia y de aparatos de medida como balanzas o tazas graduadas, para no depender de tu intuición, de lo que “te pide el estómago”, para calcular tus porciones de comida. Una vez que te acostumbras al tamaño que deben tener tus porciones, sólo deberás medirlas de vez en cuando para asegurarte de que siguen siendo correctas. Las porciones deben ser razonables con una sola excepción: no pongas límites a las frutas y verduras, que son saciantes y sanas.

2.- Consume más fibras y líquidos. Aunque no son convenientes como estrategia a largo plazo, las comidas líquidas pueden ser una ayuda para romper la “desaceleración” de tu régimen. Otra sustitución interesante: los plátanos, zanahorias y palomitas de maíz pueden contener más fibras y menos calorías que los bizcochitos o tartas “bajas en grasa”, con lo que te ayudan a alcanzar la saciedad comiendo menos.

3.- La última comida, más tarde. Retrasa la hora de la cena: comer 30 ó 60 minutos más tarde que de costumbre, puede ser lo que necesitas para evitar las peligrosas incursiones nocturnas de picoteo a la nevera o la alacena. Además, puede que controles tus porciones, pero que comas los restos de comida de tus hijos, con lo cual sumas calorías de forma inadvertida.
4.- Ponle un “punto final” a la comida. Procura hacer cosas que indiquen claramente que la comida ha finalizado, como lavarse los dientes. También puedes poner en marcha un cronómetro al sentarte a comer, para que cuando suene sea la señal de que hay que debes encontrarte fuera de la cocina o del salón comedor: las dos zonas de la casa de mayor riesgo calórico.

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Dietas de verano

La mejor dieta para combatir el calor es aquella que nos mantiene hidratados, nutridos y limpios. Como cada época del año, el verano requiere una alimentación adaptada al termómetro y a los productos de temporada.


Cuando la temperatura se dispara, lo más importante es beber mucho líquido, pero no hay que olvidar alimentarse bien. Al sudar, eliminamos vitaminas y minerales, por lo que es muy importante reemplazar tanto unos como otros, y para ello nada mejor que las frutas y verduras frescas. El calor aumenta también el riesgo de infecciones y problemas digestivos. Consumir alimentos ricos en fibra ayuda a mantener el buen tránsito intestinal.


CALOR E INAPETENCIA

El calor quita las ganas de comer y, sin embargo, alimentarse bien en verano es imprescindible para reponer todas las vitaminas y minerales que eliminamos con el sudor.
Una buena alimentación en esta época es especialmente importante para las mujeres embarazadas, los convalecientes y los ancianos.
En el caso de estas personas, los requerimientos calóricos no deben abandonarse. Por ello, hay que consumir alimentos de poco volumen pero que aporten suficientes nutrientes y calorías.
Las sopas frías y ensaladas son excelentes para todas las personas de todas las edades, pero llenan mucho y si se está especialmente inapetente es aconsejable reducirlas para poder ingerir además otros alimentos.

Es mejor comer pocas cantidades y a menudo que hacer una gran comida al día. En época de calor una comilona puede ser además muy peligrosa.
Ingerir pocas cantidades previene además los cortes de digestión y los golpes de calor
INFECCIONES DE VERANO
En ocasiones, la falta de higiene en la manipulación de los alimentos y los problemas para mantener las carnes y pescados en buen estado cuando aprieta el calor, dan lugar a infecciones estomacales, más o menos graves.

Los alimentos ricos en fibra ayudan a mantener el buen funcionamiento del intestino y son imprescindibles para evitar infecciones y problemas estomacales.
Más frecuentemente, el calor produce alteraciones digestivas que provocan diarreas y vómitos. Estos problemas aumentan aún más la deshidratación, por lo que no hay que olvidar tomar abundantes líquidos.
Glucosa, sodio y potasio son los tres minerales que se eliminan más rápidamente con los líquidos. Recuerde que hay que contrarrestar su pérdida con azúcar, sal y zumos como el de limón, con alto contenido en potasio.
Cuando el desarreglo dure más de un día, hay que acudir urgentemente a un médico. En el caso de los niños y personas mayores, hay que tener muy presente que el peligro de deshidratación es muy alto.
PLATOS VARIADOS Y ALIMENTOS CRUDOS
Un único plato variado, con verduras, proteínas e hidratos de carbono, es mejor que dos platos cuando no se tienen muchas ganas de comer.
Los líquidos son imprescindibles en épocas de calor, pero llenan el estómago. Procure beber entre comidas y nunca antes de sentarse a la mesa, pues le quitará las pocas ganas de alimentarse que tenga.

No hay que olvidar que cuando se está muy acalorado, las bebidas excesivamente frías pueden producir peligrosos cortes de digestión y otros problemas para la salud.
Las frutas, verduras y hortalizas que abundan en los meses de calor aportan grandes cantidades de minerales y vitaminas. La cocción reduce por lo general este aporte, por lo que en lo posible es mejor aprovechar esta época para tomarlas crudas y hacer así buen acopio de elementos esenciales para la salud, que serán de gran provecho durante el resto del año.
DIETA DESINTOXICANTE
En verano se dedica más tiempo a la familia y los amigos, y además se hace más ejercicio. Las vacaciones propician el relax y la práctica de las aficiones preferidas. Es el momento perfecto para “desintoxicar” cuerpo y mente.

Tener tiempo para hacer lo que se quiere y romper la rutina ayuda a desintoxicar la mente.
Para desintoxicar el organismo de todas las grasas y azúcares acumuladas a lo largo de los meses más fríos, basta con aprovechar los alimentos frescos propios del verano, consumir todo el pescado azul que sea posible y, sobre todo, limpiarnos por dentro con muchos litros de agua, zumos de frutas y sopas frías de verduras y legumbres.

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Dietas saludables vs dietas milagro

Las “dietas milagro” prometen resultados rápidos y espectaculares pero, a su vez, pueden ser la puerta de entrada hacia la anorexia y la bulimia, especialmente en adolescentes. Conscientes de su peligro, la doctora Montserrat Folch, especialista en dietética, habla de su método, un sistema eficaz para comer, adelgazar y sentirse bien.


El “gancho” de que se puede perder cinco kilos en tan sólo un mes, la afirmación de que se puede hacer sin esfuerzo y el anuncio de que estas dietas son completamente seguras y sin riesgos para la salud identifican las denominadas “dietas milagro”, entre las que se citan la dieta de la clínica Mayo, la Montignac, la Atkins o la de la zona, “algunas de las cuales pueden provocar hipertiroidismo o trombosis mesentéricas, a juicio de Basilio Moreno, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO).


El MÉTODO DE LA DOCTORA FOLCH
La doctora Montserrat Folch, licenciada en Medicina y Cirugía y master en Nutrición y Dietética por la Facultad de Farmacia de la Universidad de Barcelona (España), aboga por una dieta equilibrada y pausada, frente a las dietas rápidas.
Esta doctora, miembro del cuerpo facultativo del prestigioso Centro Médico Teknon de Barcelona desde 1996, asegura que estas dietas “lo único que consiguen es una pérdida de volumen rápido y el consiguiente efecto rebote, o la acumulación de los kilos perdidos y algunos más cuando se acaba el régimen.”.
“Mi método pretende enseñar a comer, porque el aumento de peso no proviene del contenido energético de los alimentos y si alguien engorda no es porque coma en exceso sino porque come de manera incorrecta y acumula grasas en su cuerpo por la selección errónea de los alimentos consumidos”, asegura la doctora en el libro “El método de la doctora Folch, un sistema eficaz de comer, adelgazar y sentirse bien” (editorial Styria).
Así pues su método pasa por cambiar los hábitos alimenticios- recomienda cinco comidas al día- tener fuerza de voluntad, y alternar la dieta con la realización de algún ejercicio físico, con lo que muchas enfermedades causadas por los malos hábitos pueden desaparecer o disminuir, “como la obesidad, la hipertensión, la diabetes, el aumento de colesterol en la sangre, alteraciones hepáticas, el estreñimiento o las alteraciones digestivas”.


EL PESO IDEAL, AQUEL QUE NO CUESTA MANTENER
Sobre el peso ideal de la persona, la dietista subraya que “es aquel en el que no nos cuesta mantener” y asegura que “resulta preferible tener dos kilos de los que habitualmente llamaríamos “de más”, pero con los que nos podemos mantener de forma relajada una vez que la dieta ha llegado a su periodo de mantenimiento “que intentar sostener una situación extrema, en la que lo pasemos realmente mal y estemos pendiente todo el día de la báscula.
Para Montse Folch, no hay un patrón tipo sobre los kilos que cada individuo debe perder a la semana, porque depende de su peso, de su genética y, en el caso de la mujer, de su ciclo hormonal , “pero lo más importante es que se mantenga lo perdido, aunque haya semanas que no disminuya “, asegura.
Lo importante, a su juicio, es “aprender a comer sano, ingerir menos calorías de las necesarias, pero con todos los grupos alimenticios, comer de todo, pero en menores cantidades, hacer cinco ingestas diarias, masticar bien y lentamente y no abusar de las grasas”


LA DIETISTA DE LA HIJA DE ROCIO JURADO
Esta doctora, conocida por haber hecho bajar de peso a Rocío Carrasco, la única hija de la malograda cantante Rocío Jurado, con la “dieta de la alcachofa”, acepta recetar productos de ayuda al paciente “tan sólo si la persona lo desea, pero sin ninguna obligación”
“La alcachofa es un diurético brutal, al igual que la cola de caballo sirve como depurativo o la pasiflora para problemas de ansiedad y hay personas que ganan en autoestima si ven antes los resultados y continúan su dieta controlada con mayor optimismo, ¿por qué no proporcionárselo?, remacha Montse Folch.


En el libro de la doctora Folch se destruyen muchos mitos o creencias populares, como que el agua engorda si se toma durante las comidas. “El agua no aporta ninguna caloría y, por lo tanto, no engorda ni cuando la tomamos durante la comida ni entre comidas, aunque tampoco adelgaza…pero nos llena el estómago y nos da sensación de plenitud”, asegura.
Otro de los mitos desmontados es el de que comer fruta de postre engorda más. “Las calorías de la fruta son siempre las mismas, tanto si se toman a media mañana, como a media tarde o de postre. Sin embargo a veces se recomienda su ingesta antes de las comidas para sentirnos saciados y después comer menos”, apunta.


Otra idea innovadora es que el efecto saciante de cualquier comida se inicia a los veinte minutos de su ingesta, motivo por el que muchas veces despreciamos el segundo plato de un restaurante cuando tardan mucho en servirnos. Así, si iniciamos nuestro menú con verduras, ensaladas y alimentos de pocas calorías y comemos lentamente, nuestro estómago no nos obligará a comer con desesperación.


El método de la doctora Folch se completa con distintas dietas para diferentes edades, una dieta tipo para un mes, una dieta adelgazante familiar para tres semanas y sugerencias de platos para comer fuera de casa, seleccionada según el tipo de comida de los diferentes restaurantes, para comer en la oficina o en los fast-food.

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La dietas más absurdas e ineficaces

La tendencia de muchas personas afectadas de sobrepeso a evitar la consulta del médico para tratar de resolver el problema y fiarse exclusivamente de las dietas más absurdas publicadas en revistas o libros poco fiables, o bien aconsejadas por algún famoso de la televisión, está demostrado que solo conducen al fracaso.


No es tarea fácil educar a la población para que acuda a la consulta del médico especialista para tratar de resolver el problema de sobrepeso en lugar de fiarse de las dietas más absurdas e ineficaces que ofrecen revistas, libros y medios de comunicación. No debe olvidarse que, antes de iniciar cualquier tipo de dieta, hay que indagar sobre los hábitos de vida del paciente: alimentos que consume habitualmente, estado de salud, tratamientos médicos que sigue en ese momento, antecedentes obesígenos familiares, etc.

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) de España, tras visitar 38 establecimientos en seis ciudades, determinó recientemente que muchos centros de adelgazamiento que se anuncian en los medios de comunicación utilizan sus dietas como un "simple gancho" para vender sus productos -algunos innecesarios- e incluso ofrecen consejos erróneos. La OCU remitió las conclusiones de su estudio a las autoridades sanitarias para que vigilen estos procedimientos de comercio de productos supuestamente adelgazantes.
EXAMEN CONCIENZUDO

Los departamentos de Salud no cesan de recomendar como lo más adecuado que un especialista, después de realizar un historial lo más concienzudo posible y someter a las pruebas reglamentarias de orina y sangre al paciente, prescriba una dieta personalizada.
En las dietas absurdas que aparecen a diario en los distintos medios de comunicación se ofrecen en ocasiones consejos erróneos, como facilitar listas de alimentos prohibidos o de no consumir a la vez comidas ricas en proteínas y en hidratos de carbono. A la par se recomienda al incauto el consumo de productos supuestamente adelgazantes, que se venden en las tiendas del ramo o a través de Internet (lo cual resulta más peligroso). Suelen ser suplementos alimentarios, fórmulas magistrales y preparados de plantas.

Frente a la fórmula efectiva para adelgazar que propugnan los endocrinólogos basada en cuatro puntos (tesón, alimentación adecuada, modificación de los hábitos de vida y seguimiento por un especialista), las personas influenciables se dejan llevar por los consejos del actor, presentador o cantante de turno, que les recomienda desde la pequeña pantalla o desde las páginas de una publicación seguir “su” dieta con la que asegura haber perdido peso, o al menos no haberlo ganado.

Está demostrado que el tesón es el punto más débil de los telepacientes y lectores compulsivos de revistas y adictos a las dietas propugnadas por famosos. A las pocas semanas de iniciado el plan lo suelen abandonar, por supuesto sin los objetivos propuestos logrados, y lo retoman un tiempo después en cuanto descubren otra dieta nueva en los tentadores medios de comunicación diversos
EJEMPLOS DE DIETAS ABSURDAS

Entre las dietas absurdas que la literatura pseudocientífica ha ofrecido en los últimos años nos encontramos con las siguientes:

- Comer antes de las ocho de la mañana adelgaza ya que, supuestamente, las calorías ingeridas antes de esa hora no cuentan, mientras que las ingeridas a partir de se momento sí importan. Los expertos invalidan completamente esta suposición aunque no consideran el tipo de dieta excesivamente peligrosa.

- Hacer un sola comida al día ayuda a perder peso. Si esta comida es hipocalórica se conseguirá una reducción de peso comparable al de este tipo de dietas pero lo habitual es que una persona que limite la ingesta a una sola vez cada 24 horas esté dispuesta a “comerse las piedras” y, en consecuencia, el efecto no será en absoluto adelgazante sino todo lo contrario.

- Los alimentos crudos evitan el aumento de kilos. Este tipo de dietas son consideradas peligrosas por los nutricionistas porque no se aprovechan plenamente las proteínas ni los microcomponentes de los alimentos, lo cual origina déficits nutricionales. Por otro lado, las carnes crudas son poco o nada recomendables desde el punto de vista sanitario por la posible presencia en ellas de parásitos o de contaminantes bacterianos.

- La dieta del jugo limón o del pomelo, tomado en abundancia en ayunas y a lo largo del día, es muy saludable según sus defensores porque argumentan que los ácidos de estos cítricos disuelven las grasas. En realidad, el exceso de ácidos puede resultar perjudicial para el organismo, especialmente para la dentadura y el supuesto de que esos jugos disuelven la grasa no tiene ninguna base científica.

- La dieta del ajo se popularizó hace unos años entre algunos colectivos de trabajadores de cocinas de restaurantes y hoteles, según revela el catedrático de Biología M. Alemany en su “Enciclopedia de las Dietas y la Nutrición” (Barcelona 1995). Más que un plan de adelgazamiento en el sentido estricto de la palabra, la dieta del ajo es una actitud psicológica. El procedimiento es el siguiente: se pela un diente de ajo y se inserta cuidadosamente en el ombligo de la persona “que va a seguir la dieta”. Cada vez que el “paciente” siente que el vacío en el estómago se le agranda, se acuerda del ajo que lleva inserto y renuncia a picar entre horas. Alemany indica en su libro que este sistema ayudó a los cocineros a no caer en la tentación de tomar una porción de comida cada vez que hacían la prueba del guiso que estaban cocinando. El experto asegura que el sistema funcionó en algunos casos pero se pregunta si no hubiera sido igual colocar una avellana en el ombligo en lugar del diente de ajo. Al menos se evitaría el olor penetrante de la hortaliza...

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TIPS para bajar de peso

Toma una alimentación equilibrada con la dieta de Atkins o la Dieta South Beach. ¡Elige la que prefieras sin pasar hambre!


Cada vez está más de moda hacer dieta, tendencia que a pesar de las graves consecuencias que acarrea si se lleva al extremo no es malo si se hace de la forma correcta.


Proliferan dietas milagro que aseguran haber encontrado la fórmula perfecta para mantener los cuerpos 10, la dieta de la zona es la preferida por las `celebrities´ de Hollywood, la de los líquidos es el régimen que aconseja la estilista de moda de Los Ángeles, Rachel Zoe a sus jovencísimas clientes, Mischa Barton, Lyndsay Lohan o Nicole Richie, trío que no brilla precisamente por su saludable estado. Además, con esta dieta sus seguidoras pasan muchísima hambre, aunque no cabe duda de que consiguen sus objetivos.


Sin embargo, las dietas de las proteínas consiguen una increíble bajada de peso sin necesidad de pasar hambre. Se trata de una de las favoritas de las famosas y se la conoce como Dieta South Beach, por el éxito que allí ha cosechado. Permite perder peso, sin dejar de tomar todas las cantidades de proteínas que se quiera.
Su éxito radica precisamente en la disociación de los carbohidratos. A diferencia de otras dietas disociadas, pasito a pasito, va introduciendo alimentos prohibidos (como los azúcares e hidratos de carbono buenos) por lo que evita el efecto rebote de otras dietas, es decir la recuperación instantánea del peso.

PRIMERA FASE:
La primera en la que sólo comerás proteínas (carnes, huevos, pescados, embutidos) en toda la cantidad que quieras, lo importante es no quedarse con hambre, esta primera fase durará dos semanas y será la más efectiva. Es muy importante seguirla rajatabla y ser muy disciplinado sobre todo al principio. Alimentos como verduras, frutas, pastas, arroces, pan, harina, vino, alcohol, o dulces están terminantemente prohibidos en esta fase de la dieta.
SEGUNDA FASE:
En la segunda fase se añaden los hidratos que el doctor Arthur Agatson, creador de la Dieta South Beach denomina “buenos”, que serían las frutas ( por su alto índice vitamínico), el pan integral, la pasta de harina entera, el arroz entero o el arroz integral. Y se alternan con las proteínas de la primera fase.Se inicia desayunando una fruta y cereales, todos los días, antes alimentos prohibidos y poco a poco, es decir un día a la semana se permite comer pasta o arroz. Así, se sigue perdiendo peso, de modo más lento, pero también más equilibrado y con menos carencias nutricionales.
TERCERA FASE O MANTENIMIENTO:
Cuando creamos que hemos alcanzado nuestro peso ideal dará comienzo la fase tres o final. La persona en este punto ya debería haber aprendido a comer de un modo correcto y por lo tanto comerá como en la fase dos siempre, en caso de aumentar de peso repetirá la fase uno durante una semana o dos.


Si quieres saber más información puedes adquirir el libro “La dieta South Beach”, que en Estados Unidos ha batido récords de ventas, al igual que el de su antecesor el Dr. Atkins, con su dieta de nombre homónimo.


El régimen del Dr. Atkins es muy parecido aunque un poco más radical, se ciñe prácticamente a la fase uno de la “dieta south beach”, permitiendo sólo un 10% de hidratos de carbono, frente a un 90% de proteínas, de este modo consigue una espectacular bajada de peso en un tiempo record.
No obstante, la dieta Atkins produce carencias vitamínicas (pues no permite el consumo de fruta) y la altísima ingestión de proteínas puede producir sustancias tóxicas que dañen las funciones hepáticas y renales, por lo que no es aconsejable prolongarla en el tiempo más de dos semanas.

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¿Por qué engordo mucho si como poco?

Esta pregunta no tiene una respuesta sencilla o válida para todas las personas, porque el fracaso de los regímenes para adelgazar puede deberse a factores orgánicos, a algunas conductas que pasan inadvertidas o a la falta de control sobre lo que se ingiere. Todos estos problemas tienen solución.



Una de las claves más importantes pero poco tenidas en cuenta para perder los kilos de más y mantener el peso corporal conseguido, consiste en controlar los deslices alimentarios.
“La pérdida de peso se sustenta en una serie de pasos, que si se siguen correctamente y se aplican al pie de la letra, permiten perder peso en la inmensa mayoría de los casos. Si se los aplica y no se pierden kilos, lo primero es comprobar si se están haciendo las cosas bien, repasar cada uno de los componentes del programa para comprobar s no se está aflojando el seguimiento o se están cometiendo deslices o desviaciones”.



Lo explica el doctor Xavier Formiguera, presidente de la Asociación Europea para el Estudio de la Obesidad (EASO) y jefe de Trastornos de la Alimentación del Hospital Trias y Pujol, de Badalona,


Según este experto, “la base fisiológica para adelgazar radica en ingerir menos calorías y en gastar más energía: si se siguen los pasos encaminados a conseguirlo, aunque haya que reajustar estos parámetros para adaptarlos al metabolismo, se adelgazará indefectiblemente”. Formiguera aconseja:



Siga un programa individualizado en vez de autodieta

“En vez de seguir dietas por su cuenta, recomendadas por algún vecino o amigo, que sólo aumentarán su frustración, al no conseguir adelgazar de forma duradera, acuda a un médico o endocrinólogo. Le efectuará una historia clínica, análisis de sangre y otras pruebas, como un estudio hormonal tiroideo si sospecha que el problema es metabólico, para descartar cualquier patología que fomente el engorde o dificulte el adelgazamiento, y en base a ello diseñará un programa para adelgazar de forma sana y duradera”.
• Pruebe los fármacos

“Si con la dieta y el ejercicio no se adelgaza lo necesario hay que pensar en un medicamento, que se elegirá acorde al estilo de vida y salud del paciente. El orlistat, que impide que se absorban un 30 por ciento de las grasas alimenticias, es ideal para las personas que tienen más dificultades para seguir un régimen y controlar lo que comen, y aquellos con problemas de colesterol o triglicéridos. La sibutramina, que aumenta la sensación de saciedad y el gasto energético, es adecuada para quienes son compulsivos con la comida y se les hace cuesta arriba adelgazar porque pasan hambre o tienen mucho apetito y picotean”.
Por su parte, la doctora Luz García, experta en Dietética y Nutrición, enumera una serie de factores que pueden pasar desapercibidos que pueden estar conspirando contra el adelgazamiento:

Primero, analice lo que está comiendo

“Con frecuencia pensamos que privarnos de ciertos alimentos o comer poco tiene que adelgazar cuando quizás lo que comemos es aquello que más nos engorda”.

• Procure llevar una alimentación equilibrada

“Los expertos aconsejan ingerir un 40 por ciento de hidratos de carbono, 30 por ciento de proteínas y 30 por ciento de grasas. Para adelgazar, los carbohidratos más aconsejables son las frutas y verduras, y hay que limitar el consumo de cereales, pan y dulces, mientras que las grasas aconsejadas son las de origen vegetal: aceite de oliva, aguacate y frutos secos, con moderación.

• Divida para conquistar

“Es un error hacer una sola comida o saltarse alguna. Hay que repartir la alimentación en 5 tomas al día: las más abundantes o energéticas deben ser por la mañana, para tener fuerzas durante todo el día, y las cenas deben ser ligeras. Con un buen reparto horario se evita la necesidad urgente de comer que lleva a "devorar lo que sea”.

Quizá el problema sea la edad
¿Antes bajaba bien de peso con poco esfuerzo y ahora le cuesta una barbaridad? Es el metabolismo, que se hace cambia con los años. Si éste es su problema, debe aumentar la cantidad de ejercicio que hace o reducir el número de calorías que ingiere al día”.

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En realidad se pierde peso siendo vegetariano?

Aunque las encuestas demuestran que los vegetarianos tienden a pesar menos que los consumidores de carne, es posible que no se experimente una pérdida de peso sostenida al volverse vegetariano.




Si uno lee los consejos para la pérdida de peso en los libros de dietas, revistas o en Internet, se podría llegar a la conclusión de que una dieta vegetariana es una forma garantizada de perder peso. Aunque las encuestas demuestran que los vegetarianos tienden a pesar menos que los consumidores de carne, es posible que no se experimente una pérdida de peso sostenida al volverse vegetariano.
Un estudio reciente compara los hábitos alimenticios de las personas antes y después de volverse vegetarianas. Después de seguir una dieta vegetariana seleccionada por ellas mismas durante seis meses, el consumo de calorías de estas personas disminuyó en alrededor de 200 calorías por día. Su peso no varió, pero parecían estar más delgadas. Las medidas de la cintura y cadera disminuyeron, y también la medida del almacenamiento de grasa corporal con el pliegue cutáneo.
Un estudio británico detectó diferencias de peso entre un grupo de vegetarianos y de consumidores de carne. Este estudio dividió a más de 65,000 participantes en cuatro grupos: consumidores de carne, consumidores de pescado, ovo-lacto-vegetarianos (que comen huevos y productos lácteos, pero que no comen carne) y veganos (personas que no consumen productos derivados de los animales). El índice de masa corporal (IMC), que es la forma más común para medir la grasa corporal, se mantuvo en niveles saludables en todos los grupos. Sin embargo, los consumidores de carne tenían el IMC más alto como grupo, lo que los colocó más cerca de tener sobrepeso. Los consumidores de pescado y los ovo-lacto-vegetarianos tenían promedios de IMC intermedios similares, mientras que los veganos tenían los promedios más bajos. Entre los consumidores de carne, 7 por ciento de los hombres y 9 por ciento de las mujeres eran obesos. En los grupos de los consumidores de pescado y los ovo-lacto-vegetarianos, 3 por ciento de los hombres y 4 por ciento de las mujeres eran obesos. Sólo un 2 por ciento de los hombres y mujeres veganos eran obesos.


La diferencia de peso entre estos grupos probablemente proviene de la diferencia en el consumo de calorías. Los consumidores de pescado y los ovo-lacto-vegetarianos ingieren alrededor de un 4 por ciento menos de calorías que los consumidores de carne. La ingesta promedio de calorías de los veganos es un 14 por ciento más baja que la de los consumidores de carne. Cualquiera que se alimente mayormente con verduras y frutas, como los veganos, debería experimentar una reducción en las calorías y el peso porque estos alimentos contienen menos calorías en una porción del mismo tamaño, si se compara con los platos preparados con queso o carne con mayor contenido de grasa.

La edad también podría ser una explicación para las diferencias de peso en este estudio, dado que los participantes estimaron su consumo de calorías de una forma algo imprecisa. Los veganos en su mayoría tenían alrededor de 20 a 30 años. En el grupo de 40 y 50 años, las dos terceras partes a las tres cuartas partes eran consumidores de carne. Esta asignación de edad es significativa porque el IMC promedio aumentó uno o dos puntos entre los 20 y 40 años de edad en cada grupo alimenticio. El IMC más alto entre los consumidores de carne podría ser un reflejo de la mayor proporción de personas de mediana edad en el grupo.
Sin embargo, para las personas de todas las edades, el impacto de la alimentación vegetariana sobre su peso depende de la forma en que afecta su consumo de calorías. Una dieta saludable basada en vegetales (ya sea totalmente vegana o que incluya algunos productos lácteos, pescado, huevos o carne) se concentra en verduras, frutas, cereales integrales y legumbres
Este estilo alimenticio, incluso con cantidades moderadas de nueces y grasas saludables, es más bajo en calorías que una dieta con grandes cantidades de salchichas y hamburguesas con queso con alto contenido de grasa.

Sin embargo, se puede seguir consumiendo una gran cantidad de calorías innecesarias al hacer una dieta vegetariana. Una gran proporción de la ingesta promedio de calorías de los estadounidenses proviene de las bebidas gaseosas y otras bebidas endulzadas, papas fritas y galletas, y no de la carne o productos lácteos.

Si usted desea bajar de peso, observe de dónde proviene su exceso de calorías. Intente alimentarse con verduras, frutas, cereales integrales y legumbres de bajas calorías. Ésta es la parte fundamental. Puede optar por omitir todos los tipos de carne o incluir pescado, aves o cortes de carne roja magra. No importa cuál sea el estilo de alimentación que elija, el control de las porciones es fundamental. Comer en exceso, incluso si son alimentos saludables, hace que se acumulen calorías que evitan la pérdida de peso.

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Dietas vegetarianas, ¿Buenas o Malas?

La dieta vegetariana es una forma alternativa de comer. Consiste en eliminar carnes y pescados de nuestra alimentación. Sus ventajas para la salud son muchas y sus peligros también numerosos si no se sigue un régimen equilibrado y con variedad de alimentos.




Cualquier dieta, incluida la vegetariana, necesita planificación y orientación. Antes de decantarse por este tipo de alimentación, lo mejor es asesorarse y comprobar si el organismo está en condiciones de adoptar un cambio tan drástico de comidas.
UNA DIETA SALUDABLE
La dieta vegetariana es, en principio, una dieta muy saludable. Entre sus muchas ventajas está la de limpiar el organismo de toxinas, lo que la hace aconsejable incluso si se sigue solamente durante una o dos semanas al año.
El nivel de urea desciende con esta dieta, por lo que es excelente para las personas con problemas renales. Hace bajar los niveles de colesterol y previene la diabetes. Es de gran ayuda para los que padecen artritis reumatoide o problemas cardiovasculares. Tiene propiedades antioxidantes, aumenta la vitalidad, hace perder peso, y embellece la piel y el cabello.
Todos estos milagros tienen que ir acompañados, para materializarse, de un cambio de hábitos. Adiós al alcohol, el café, el té y el tabaco. Y bienvenido al ejercicio y a una forma de vida más saludable.
Una dieta vegetariana equilibrada, completa y bajo supervisión de un nutricionista, es buena para cualquier persona y a cualquier edad. Las embarazadas, lactantes, niños y adolescentes pueden seguirla asimismo sin riesgos siempre y cuando no falte en esta dieta todos los nutrientes necesarios para las demandas específicas de su organismo.
ALIMENTARSE DE VEGETALES

Las razones que pueden llevar a prescindir de alimentos animales son muchas. Algunas religiones milenarias, como la hinduista y budista, rechazan el sacrificio de animales, ya que creen en la transmigración de las almas.
El cristianismo establece a lo largo del año días de abstinencia, en los que no se puede comer carne. Los Adventistas del Séptimo Día defienden el vegetarianismo, mientras que el judaísmo y el islamismo prohíben, entre otros alimentos, la carne de cerdo.
La más extrema y estricta de las dietas vegetarianas es la zen, en especial la que se sigue en sus monasterios, y que se reduce prácticamente a un cuenco de arroz al día.
A mediados del siglo pasado, el vegetarianismo se convirtió en Occidente en una corriente de moda y desde entonces no ha dejado de ser una dieta bastante popular. Algunos la siguen para alimentarse de forma sana, otros como protesta por el trato que se da a los animales de granja, y los hay que sostienen que comiendo únicamente vegetales contribuyen a la conservación del medio ambiente.
UNA DIETA PARA CADA GUSTO

Existen muchos tipos de dietas vegetarianas, empezando por la que elimina las carnes rojas pero no el consumo de aves y pescado.
La llamada vegan prescinde de cualquier producto de origen animal, como lácteos y huevos.
Los vegetarianos macrobióticos rechazan los alimentos procesados por considerar que están contaminados con productos tales como hormonas o radiactividad.
Entre estos tres grandes grupos existen muchas variaciones, como las de los llamados "nuevos vegetarianos”, que siguen dietas con pocas o ninguna proteína animal, adaptadas a sus preferencias personales y más por razones de salud que por principios religiosos o morales.
LOS PELIGROS DEL VEGETARIANISMO

El vegetarianismo no es en sí una dieta más peligrosa que cualquier otra que se siga sin cuidado y orientación.
El principio básico de cualquier dieta es que la adaptación a ella debe ser progresiva y escalonada. No se puede prescindir de golpe de un grupo de alimentos, sino que hay que ir reduciéndolos poco a poco.
El vegetarianismo puede ser perjudicial para la salud, sobre todo en las dietas más extremas. Falta de vitaminas, minerales y proteínas son los problemas más comunes. Esto se traduce en raquitismo, trastornos hormonales, desnutrición, osteoporosis y partos prematuros, entre otros muchos.
Para seguir una dieta vegetariana saludable hay que tener en cuenta aspectos tales como que la combinación de ciertos alimentos, como arroz y lentejas, o maíz y frijoles, es una forma de lograr las proteínas suficientes. También hay que prestar atención a las cantidades de alimentos que se ingieren para alcanzar el aporte necesario de vitaminas y minerales. Cereales integrales y legumbres, frutas y verduras, frutos secos, grasas vegetales, productos lácteos y huevos, y dulces no refinados son, por este orden, los cinco grandes grupos de alimentos que forman la dieta vegetariana más habitual.
Seguir un régimen vegetariano tiene sus pros y sus contras. Antes de iniciarlo es recomendable asesorarse bien.

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